domingo, 19 de agosto de 2007

PARMENIDES DE PLATON


Sinopsis del dialogo

INTRODUCCIÓN

Céfalo y dos amigos llegan a Atenas procedentes de Clazómenas y son conducidos por Glaucón y Adimanto a casa de Antifonte para que les relate el diálogo que en otro tiempo mantuvieron Sócrates, Zenón y Parménides, que él mismo se lo oyó a Pitodoro.

primera parte
OBJECIONES A LA TEORÍA DE LAS IDEAS

1. Zenón plantea el problema de lo múltiple.

2. Sócrates intenta poner de manifiesto la verdadera intención de las paradojas de Zenón.

3. Sócrates presenta la teoría de las Ideas como explicación de por qué una cosa puede tener caracteres contrarios.

4. Crítica de Parménides a la teoría de las Ideas.

A) ¿De qué hay Ideas? Sócrates no es consecuente en la aplicación de su teoría.

B) Objeciones a la participación:

a) La metáfora del todo y la parte: la participación de las cosas en las Ideas dividiría a éstas,
privándolas de unidad. Prueba: la paradoja de la grandeza.

b) Argumento del «tercer hombre»: determinar la relación cosa/Idea como una relación de semejanza conduce a la multiplicación infinita de una misma Idea.

c) Imposibilidad de superar estas objeciones apelando a una concepción subjetivista del pensamiento.

d) Nueva recaída en el «tercer hombre» si se conciben las Ideas como paradigmas y las cosas como imágenes.

e) Incognoscibilidad de las Ideas, si están separadas de las cosas. No habría relación cosa/Idea, sino sólo de las cosas entre sí y de las Ideas entre sí. Prueba: los conceptos de relación.

f) Tampoco los dioses podrían conocer ni guiar el mundo, sino sólo conocer las Ideas.

5. Las Ideas, sin embargo, son la condición necesaria de todo pensamiento y discurso, por lo que habrá que concebirlas de otra manera. Necesidad de ejercitarse en la dialéctica.

6. Transición a la segunda parte: Parménides ofrece un
programa de ejercicio.

7. Entreacto: Parménides se decide a dar una muestra del programa propuesto y elige su propia tesis como objeto de examen: ¿qué consecuencias se siguen de la suposición de que existe o no existe un Uno?

segunda parte
EL EJERCICIO DIALÉCTICO
Hipótesis I. Si el Uno es uno

1. Si se entiende el Uno como absolutamente uno, no puede ser múltiple ni un todo de partes.

2. Al no tener partes, el Uno carece de límites.

3. Al no tener partes, el Uno no tiene extensión ni figura.

4. Al carecer de partes y de extensión, el Uno no está en ningún lugar, ni en sí mismo ni en otro.

5. Al no tener realidad espacial, el Uno no está en movimiento ni en reposo.

6. En consecuencia, el Uno no es idéntico ni diferente con respecto a sí mismo o a otro.

7. El Uno no es semejante ni desemejante a sí mismo o a otro.

8. El Uno no es igual ni desigual a sí mismo o a otro.

9. El Uno no es ni llega a ser más viejo, ni más joven, ni de la misma edad que sí mismo o que otro: no está en el tiempo.

10. Al no estar en el tiempo el Uno no «es» en absoluto, por lo que no puede ser conocido ni nombrado en ningún sentido.

Hipótesis II. Si el Uno es

1. Si el Uno tiene ser, es un Uno-Ser, con unidad y ser.

2. El «Uno-Ser» es un todo de partes (uno y múltiple).

3. El «Uno-Ser», al tener partes, es numéricamente ilimitado, pero también limitado.

4. El «Uno-Ser», al ser limitado, puede tener extensión y figura.

5. El «Uno-Ser», al ser una magnitud extensa, puede estar en sí mismo y en otro.

6. El «Uno-Ser», al ser un cuerpo físico en el espacio, puede tener movimiento y reposo.

7. El «Uno-Ser» es entonces idéntico a sí mismo y a los Otros y también diferente de sí mismo y de los Otros.

8. El «Uno-Ser« es entonces semejante y desemejante a sí mismo y a los Otros.

9. El «Uno-Ser» tiene y no tiene contacto consigo mismo y con los Otros.

10. El «Uno-Ser», en cuanto cantidad o .magnitud continua, es igual y desigual a sí mismo y a los Otros.

11. El «Uno-Ser», en cuanto cantidad o número discreto, es igual y desigual a sí mismo y a los Otros.

12. El «Uno-Ser» existe en el Tiempo, es y llega a ser, y no es ni llega a ser más viejo y más joven que sí mismo y que los Otros.

13. El «Uno-Ser», al estar en el Tiempo, tiene existencia y llega a ser; puede ser objeto de conocimiento y objeto de discurso racional.

Hipótesis III. Si el Uno es y no es

1. El «Uno-Ser», al estar en el Tiempo, llega a la existencia y cesa de existir, se comunica y está separado, llega a ser semejante y desemejante, aumenta y disminuye.

2. La transición en el llegar a ser y el cambio se cumple en el instante.

Hipótesis IV. Si el Uno es, ¿qué son los Otros?

1. Si el Uno se entiende como un Uno-Ser que es uno y múltiple o un todo de partes (como en la Hipótesis II), los Otros, como una pluralidad de otros unos», forman un todo del que cada parte es «una».

2. Pero si la unidad es abstraída del uno todo y del uno parte lo que queda es pura ¡limitación.

3. La combinación de ese elemento ilimitado con la unidad como principio de límite produce la pluralidad de los otros unos.

4. Los Otros, así considerados, tienen todos los caracteres opuestos predicables del Uno-Ser de la Hipótesis II.

Hipótesis V. Si el Uno es uno, ¿qué se sigue negativamente
para los Otros?

1. Si se concibe el Uno como absolutamente uno y enteramente separado de los Otros (como en la Hipótesis I), los Otros no pueden tener unidad ni como todos ni como partes, por lo que no pueden entenderse como una pluralidad de otros unos.

2. Al carecer de unidad, no se les puede aplicar a los Otros ninguno de los predicados opuestos anteriores.

Conclusión aparente de las Hipótesis I-V

Hipótesis VI. Si el Uno no es, ¿qué se sigue?

1. Si «el Uno no es» significa suponer que hay un Uno que no existe, este «algo» no existente puede conocerse y distinguirse de las otras cosas.

2. De este «algo» no existente, en cuanto cognoscible y distinguible, se pueden establecer múltiples predicados.

3. Este «algo» no existente tendrá semejanza con los Otros y semejanza consigo mismo.

4. Este «algo» no existente, al ser una cantidad, tendrá desigualdad con los Otros, y tendrá grandeza, pequeñez e igualdad.

5. Este «algo» no existente de algún modo «es».

6. Este «algo» no existente puede pasar de la no existencia a la existencia, pero no puede cambiar en otro sentido.

Hipótesis VII. Si el Uno no es carece de determinación

1. Si «el Uno no es» significa que no hay en absoluto un Uno, el Uno es simplemente un no-ser inexistente.

2. Un no-ser no puede llegar a existir o cesar de existir, ni cambiar en ningún sentido.

3. De un no-ser no se puede establecer ningún predicado.

4. Un no-ser inexistente no puede determinarse como distinto de otras cosas; ni está en algún tiempo, ni es objeto de conocimiento o sujeto de discurso.

Hipótesis VIII. Si el Uno no es, ¿qué serán los Otros?

1. Si «el Uno no es» significa «no existe nada que sea algo 'uno'», entonces los Otros sólo pueden ser «otros» entre sí.

2. Cada otro diferirá de otro como masas ilimitadas en multitud.

3. Tales «masas» presentarán «apariencia» de unidad y número.

4. Tendrán «apariencia» de grandeza, pequeñez e igualdad.

5. Tendrán «apariencia» de semejanza y desemejanza, así como de las demás oposiciones.

Hipótesis IX. Si el Uno no es en absoluto ¿qué serán los Otros?

1. Si «el Uno no es» significa «no existe en absoluto la unidad», los Otros no serán ni uno ni múltiples: no serán nada.

2. Los Otros tampoco pueden «parecer» uno o múltiples, y nada se puede predicar de ellos. Si no existe la unidad se destruye el orden del ser.

Conclusión aparente de todas las Hipótesis.



Notas de Gillermo R. de Echandía a su traducción en Alianza editorial Madrid 1987

miércoles, 9 de mayo de 2007

PARMENIDES, Martin Heidegger


Martin Heidegger © 1982

PARMENIDES


INTRODUCCI
ÓN

MEDITACIÓN PREPARATORIA SOBRE EL NOMBRE DE (αληθεια) ΑΛΗΘΕΙΑ Y SU CONTRA-ESENCIA. DOS INDICACIONES DE LA PALABRA INTERPRETATIVA ΑΛΗΘΕΙΑ

& 1. La diosa “verdad”. Parménides, 1,22-32

a) El enterarse ordinario y el saber esencial. Revocación de la interpretación corriente del “poema didáctico” mediante el prestar atención a la apelación del inicio.

Παρμενιδηζ και Ηρακλειτοζ , Parménides y Heráclito .....

*Pensar lo verdadero significa: experimentar lo verdadero en su esencia y saber la verdad de lo verdadero en dicha experiencia esencial.

*Lo pensado en el pensar de ambos pensadores nunca ha sido afectado por el paso de los años y los siglos.

*Lo pensado en dicho pensar es lo histórico por excelencia, lo que precede y , con ello, lo que anticipa toda la historia subsiguiente. .... lo inicial. Puesto que no reposa atrás en un pasado, sino que subyace en la anticipación de lo venidero, lo inicial llega a ser siempre nuevo expresamente donación para una época.

*El inicio es lo último en llegar en la historia esencial.

*....no todo pensador del comienzo es un pensador inicial. El primer pensador inicial se llama Anaximandro.

*El pensar posterior no sólo se aleja cronológicamente de su comienzo, sino también, y sobre todo, de lo que es pensado a partir de su inicio.

*Pensar es atender a lo esencial.... en esa atención esencial reside el saber esencial ...

....lo que usualmente se llama “saber” consiste en enterarse de un asunto y sus circunstancias. Gracias a estos conocimientos dominamos cosas. Este saber dominante se dirige al ente correspondiente, a su estructura y su utilidad. Dicho saber se apodera del ente, lo “domina” y de ese modo va más allá de él y lo sobrepasa así constantemente.

....El carácter del saber esencial es completamente diferente. Este concierne al ente en su fundamento –en su ser-.

....El “saber esencial no se adueña de aquello que hay que saber de él, sino que viene solicitado por él.

....Toda ciencia, pero también saberes de otro tipo, es un dominio cognoscitivo, un exceder y un sobrepasar el ente, si es que incluso no lo arrolla.

*... Al contrario, el saber esencial, el prestar atención, consiste en retroceder ante el ser.

*Solamente cuando esta apelación del ser, -no ya algo objetual, procedente de la multiplicidad del ente- nos interpele en la palabra de Parménides, tendrá sentido el conocimiento de sus “proposiciones”. Sin prestar atención a esta apelación, cualquier cuidado que pretendamos emplear en la clarificación de este pensamiento conduce al vació.

I, 22-32

22 Y la diosa me acogió con delicado afecto. Puso mi mano derecha en su mano; en seguida tomo la palabra, dirigiéndose a mi del siguiente modo:

“¡OH, hombre compañero de inmortales aurigas,

25 que al galope de tus corceles te conducen a nuestra casa!

Pues no ha sido un sino funesto el que te ha abierto, con anticipación este camino –que está, en verdad, apartado de los hombres, más allá (retirado) de su sendero-, sino tanto el precepto como el orden. Y es necesario que experimentes todo, tanto el desocultamiento de la esfera bien completa, del indisimulable corazón.

30 como también el aparecer mortal que resplandece, donde no mora ninguna esperanza de desocultamiento.

Sin embargo esto tendrás que experimentar como lo que resplandece, 32 (en la necesidad) permanece conforme a la apariencia, en tanto resplandece a través de todo y conduce todo(en consecuencia) de este modo a la perfección.

Agustín. G.C. (trad.)

CONQUE LA DIOSA GENTIL ME ACOGIÓ; ME TOMÓ DE SU DIESTRA
MANO EN MANO; Y ASI DE SU VOZ ME HABLÓ, Y ME DECÍA:

«MOZO, TÚ, COMPAÑERO DE AURIGAS NOMORIDERAS,
25 QUE LLEGAS CON YEGUAS QUE TE TRASPORTAN A NUESTRA MORADA,
SALVE: QUE NO ES TU MAL HADO LO QUE A SEGUIR TE MOVÍA
ESTE CAMINO (BIEN LEJOS ESTÁ DEL TRÁFAGO HUMANO VERDAD),
SINO LEY Y JUSTICIA. MAS HAS DE ENTERARTE DE TODO, LO MISMO
CORAZÓN SIN TEMBLOR DE LA BIENREDONDA QUE CREENCIAS
30 DE LOS MORTALES, EN LAS QUE NO CABE FE VERDADERA;

Y AUN ÉSAS, CON TODO, HABRÁS DE APRENDER, CÓMO, SIENDO CREÍDAS,
TENDRÁN EN CREENCIA QUE SER, POR TODOS TODAS ENTRANDO.

Alberto Bernabé (trad)

Y la diosa me acogió benévola; tomó en su mano

mi mano diestra y así me dirigió la palabra y me decía:

«Joven acompañante de aurigas inmortales,

25 llegado con las yeguas que te traen a nuestra casa,

salud; que no fue un hado malo quien te impulsó a tomar

este camino (pues de cierto que está fuera de lo hollado por hombres)

sino ley y justicia. Preciso es que te enteres de todo:

tanto del corazón imperturbable de la verdad bien redonda

30 como de las opiniones de mortales en que no cabe creencia verdadera.

Aun así, también aprenderás cómo es preciso
que las opiniones sean en apariencia, entrando todas a través de todo

*No se trata de “la diosa de la verdad”, sino de la diosa “verdad”.

*No ya una “experiencia mítica”, sino que un pensador por propia iniciativa “personifica” el concepto universal de “verdad”... no es una decoración poética pseudo mítica .

*Si (nosotros) suponemos que el pensar de Parménides y Heráclito es esencialmente de otro tipo, entonces se reclama por nosotros una renuncia a los puntos de vista dominantes, una renuncia que no tiene que ver, sólo, con la refutación de las falsas interpretaciones eruditas de ambos pensadores.

*Esta renuncia es el primer paso por el cual comprometemos nuestra atención en la apelación del inicio.

Repetición.

1/ Comienzo e inicio. El pensar corriente y el inicio del pensar inicial. El retroceso ante el ser. Los pocos textos de lo simple. Referencia al traducir.

*...distínguimos entre comienzo e inicio.

α} Comienzo menciona, el aparecer de este pensar en un determinado “tiempo”. .... pensar aquí .. es la historia en que un pensador surge, dice su palabra y funda... .. tiempo aquí ...época, situación de las cosas humanas y el lugar de la esencia humana.

... Comienzo concierne al surgimiento y a la inauguración del pensar.

β} Inicio es lo que en este pensar temprano hay que pensar y lo que es pensado. (Diferente del pensar de las ciencias y de todo tipo de pensamientos prácticos)

*..Lo que es pensado en el pensar del pensador.

*El pensar ordinario... piensa el ente, lo hace con sus estados separados, y con sus aspectos circunscritos. Este pensar es entrarse en el ámbito del ente, cuyo conocer sujeta al ente de diferentes maneras.

*A diferencia del dominio del ente .. el pensar del pensador es “pensar del ser”. Su pensar es retroceso ente el ser.

*El ser es el inicio. ...

*No todo pensador que tiene que pensar el ser piensa el inicio.

*Anaximandro, Parménides y Heráclito son los únicos pensadores iniciales.

... el inicio es aquello que inicia algo con esos pensadores, porque recurren a él de tal modo que es exigido de ellos un retroceder extremo ante el ser. Los pensadores son los iniciados por el inicio, son alcanzados por este y congregados en él.

*Dado que desde hace mucho tiempo hemos sido obligados a procurar nuestros conocimientos por un proceso de selección, a partir del exceso de lo que es dicho y escrito, hemos perdido la capacidad de escuchar las pocas cosas simples dichas en las palabras de los pensadores iniciales.

*La traducción contiene una interpretación del texto. Interpretación que requiere empero, una aclaración.

*... hacer de la “verdad” una “diosa” quiere decir, ... transformar el mero concepto de algo, a saber, el concepto de la esencia de lo verdadero, en una “personalidad

a) Dos modos de traducir la palabra αληθεια. El carecer conflictivo del desocultamiento. Aclaración preliminar de la esencia de αληθεια y el desocultamiento. Transportar y traducir [Übersetzen – Übersetzen]

*Nada sabemos de lo que es la verdad, ni de la esencia propia de la divinidad griega.

*Aproximarse a le esencia de αληεθεια .

*Los griegos llaman αληεθεια a lo que solemos traducir por la palabra “verdad”. Sin embargo si traducimos la palabra griega “literalmente”, entonces esta dice “desocultamiento”

*... hablar y decir es en sí una traducción, cuya esencia no puede significar que la palabra traducible y la palabra traducida pertenecen a diferentes lenguajes.

... En todo diálogo y en todo monologo actúa un traducir originario.

*La tarea más difícil es siempre la traducción del propio lenguaje en su palabra más propia.

*Desocultamiento, rasgos principales:

α} ... Nos remite a algo semejante al “ocultamiento”.

Velamiento

-Ocultar, ocultamiento ≈ Encubrimiento.

Enmascaramiento.

Apropiación

Conservación. Encierro.

Preservación.

Retención. Reclusión.

Encomendación.

-Oculto / Desoculto es más familiar que “veritas” o verdad.

β}... Superación o cancelación del ocultamiento, .. pertenece a la experiencia griega de la esencia de la verdad.

γ}...Desocultamiento puede significar:

Abandonado (ar)

Cancelado (ar) Esencialmente distinto.

Que el ocultamiento- Superado (ar)

Expulsado (ar)

Desocultamiento puede significar:

No es permitido.

Que el ocultamiento- -Es posible y amenaza..

No existe ni puede originarse.

δ}... En la esencia de la verdad, como desocultamiento actúa algún tipo de conflicto con el ocultamiento y la ocultación

Repetición.

2/ La pregunta por el nombre de la diosa y por su traducción. La esencia de la verdad como contrapuesta al ocultamiento de acuerdo con las dos primeras indicaciones. Des-ocultamiento y des-ocultamiento.

Verso 22.

Και με θεα προφρων θπεδεξαατο

“y la diosa me acogió con delicado afecto”...

*... La diosa revela lo que debe experimentar en el futuro. Esto será para el pensador lo que tiene que ser pensado, y lo que tiene que ser pensado permanecerá ahora en adelante inicialmente en la historia de la verdad.

*.. La esencia de esta diosa “verdad” decide todo sobre el pensador y lo que tiene que ser pensado.

martes, 10 de abril de 2007

PARMENIDES. W.K.C.Guthrie, (Kirk) y (Ramnoux)


PARMENIDES DE ELEA

(470/469) – (399)

Clemence Ramnoux (1969)

Lo específico de Parménides consistió en efectuar una seria poda, distinguiendo tres caminos y cerrando enérgicamente todos los que no llevan a ninguna parte o que conducen al abismo. En último término, sólo queda un buen camino, porque no se trata únicamente de ejercer el discurso, como los atletas ejercitan los miembros en el estadio, sino de llegar a alguna parte, y
precisamente a aquel lugar sagrado en el que se descubre la Verdad. Los fragmentos existentes prueban la vehemencia que Parménides puso en ello y que, para él, el éxito era cuestión de perdición o salvación.

Parménides eligió para sí mismo «una sola y sencilla vía de discurso»: proposiciones positivas alineadas que atribuyen al Ser las propiedades expresadas por bellos vocablos absolutamente nuevos, tales como «no nacido», «no perecedero», «de una sola masa» e «inmóvil», «sin fin fuera de sí mismo», «todo entero y presente a la vez», «único» y «sin interrupción». Cada uno marca el compás del poema como si fueran los mojones de un camino. No están simplemente yuxtapuestos, sino que las formas del discurso establecen entre ellos unos lazos, a modo de consecuencias lógicas. Las tres diosas vinculadas, Diké, Ananké, Moira, presiden el final de este discurso cerrado sobre sí mismo, y cuya perfección pretende encerrar al Ser al igual que una esfera que fuese a la vez el objeto imaginario de una geometría, el objeto real de una física, una comparación homérica para el mismo ser, y la metáfora expresiva de un estado contemplativo. Mejor dicho, la esfera no es en absoluto objeto de contemplación para ningún sujeto humano, sino que el Ser permanece en posición de sujeto activo en la proposición. El Ser, en estado de estabilidad, se piensa por los hombres y, por así decir, en ellos.

El desarrollo lineal del poema parmenídeo contrasta con las sentencias heraclitianas. Esto no quiere decir que Parménides designara a Heráclito cuando condenó a los «errabundos de dos cabezas». Es más posible que condenara a aquellos juegos del discurso, cuya práctica desarrolló la destreza de los hábiles, dejando a los demás completamente perdidos, embriagados o aturdidos. Estos juegos fueron conocidos, sin duda, por varias escuelas desde la generación pre-parmenidiana, pero a cada uno correspondía elegir el camino que debía seguir él mismo, sus discípulos y sus amigos. Además, el camino a seguir no era para nadie, indudablemente, una simple cuestión de método, sino que representaba para todos un camino de vida al mismo tiempo que un estilo de escritura, a cuyo término algo espera al hombre: el Caos o el Ser divino.

Es más conveniente establecer la oposición entre Parménides y Heráclito por la progresión del discurso o por el estilo literario que por los conceptos de lo Inmóvil y lo Móvil, como es clásico
hacerlo. Aunque es cierto que la esfera representa un ideal de estabilidad y compacidad, resulta dudoso que el río represente un tema puro de fluidez y movimiento. El río reuniría en una
misma y única experiencia dos contrarios: siempre el mismo y siempre distinto. Los términos de esta oposición no serían desconocidos para la escuela eleata, sólo que la esfera no se les
parece nada: el Ser está entero en ella, presente a la vez, y nada más, excluido sobre todo ese no-ser, al que ni siquiera está permitido nombrar. En el estado de esfera, no es adecuado
hablar de nada más.

Pero la alteridad reaparece en el seno de esta visión del mundo, para la que Parménides promovió el nombre de doxa, porque ésta varía para cada uno, y en cada ocasión, como varían
sus miembros. Esto no debe entenderse como una mezcla de dos materiales, dos pastas o dos carnes: una es luminosa, ligera, caliente, sonora y plena memoria; la otra, como un cadáver,
oscura, pesada, fría, silenciosa y total olvido. Su constitución, para cada uno, es una mezcla de memoria y de olvido. Varía como varían el color del cielo, el humor del día y las estaciones.

Y con ella cambia este universo presente, tal como cada uno, en cada ocasión, lo imagina a su alrededor. En el seno de esta experiencia, la movilidad no es menos escurridiza que en un río.

La sabiduría enseña a salir de ella, gracias a un trabajo de la inteligencia que siempre sería posible, desde ahora y a partir de cualquier experiencia. Como el Ser es algo absolutamente
cercano, basta con percatarse de ello, con saber que estamos dentro de él. Sin embargo, esta certeza, este aplomo, para el que Parménides habría inventado un sentido nuevo en nombre
de «la fe», es difícil de conquistar y requiere para su conservación un renovado ejercicio de la memoria. Con el saber del Ser, el hombre de fe permanece en seguridad y reposo. Por el
contrario, el hombre de la calle, al entrar en la danza de Afrodita, entre las alternas coronas de sombra y de luz de su cosmos, olvida al Ser y olvida ser. El mejor de los sabios oscila
entre el uno y el otro, según que la memoria o el olvido dominen en su constitución. Por eso es conveniente dar al hombre de la calle, e incluso al mejor, una estabilidad relativa y precaria,
proporcionándole una cuasi-ciencia para ordenar las contradicciones de su trastornado universo. Esta cuasi-ciencia recibe el nombre de doxa. Un sabio que no olvide, apresado entre los
lazos del Ser, Le conocería, y con él todas las cosas e incluso la fatalidad de las ilusiones.

Lo común a ambas sabidurías es la promoción, por encima y aparte del todo, de un principio: el Uno para Heráclito, el Ser para Parménides. En Heráclito debe entenderse como una
función reunificadora, que junta sin suprimirlas las contradicciones vividas. En Parménides, como una prueba cuyas contradicciones borra la persuasión y anula la inteligencia. Ambos dispondrían igualmente de una tabla de categorías que sitúan al Uno o al Ser por encima de dos columnas, el uno para superarlas, el otro para erradicarlas. Ahora bien, existe una tabla pitagórica, transmitida por Aristóteles, que separa a los contrarios en dos desde el principio. Por tanto, si alguna polémica dividió a los adversarios, enfrentaría, por razones diferentes, de un lado a Heráclito con Pitágoras, del otro a Parménides con la antigua generación de los filopitagóricos. La escuela de Elea era, efectivamente, la vecina de la escuela pitagórica en la Gran Greda. Al oeste de Grecia, la oposición de un monismo contra un dualismo habría sido, por tanto, la oposición de dos escuelas y de dos tradiciones. La tesis se podría probar en lo que se refiere a la generación post-parmenidiana; para la pre-parmenidiana sería solamente plausible. Parménides elevó, probablemente, al nivel ontológico una tradición monista, renovándola o fundamentándola con la ayuda de un vocabulario inédito.


EL POEMA EXAMETRICO DE PARMENIDES

(W.K.C.Guthrie)

PROBLEMA CENTRAL

El poema de Parménides suscita problemas muy peculiares, y convendría abordar el texto teniendo en cuenta el principal de ellos. En el proemio, Parménides recibe de una diosa el anuncio de que le revelará dos tipos de información:

primero, la verdad sobre la realidad;

luego, las opiniones de los mortales,

que se dice, sin ambigüedad, que son falsas. «Pero deberás aprender también éstas cosas» (fr. 1, 31). Conforme a esto, la primera parte del poema deduce la naturaleza de la realidad a partir de premisas postuladas como totalmente verdaderas y llega, entre otras cosas, a la conclusión de que el mundo, tal y como es percibido por los sentidos, es irreal. En este punto (fr. 8, 50), la diosa declara solemnemente que pone término al discurso acerca de la verdad, y que el resto de la instrucción será «engañosa», pero que lo comunicará todo por completo «para que ningún parecer humano pueda jamás aventajarte».

Sigue luego la segunda parte del poema, consistente en una cosmología sobre líneas tradicionales. Partiendo de la adopción de una pareja de contrarios, «fuego» y «noche», o luz y oscuridad, el poema prosigue como la narración de un proceso evolutivo en el tiempo. La «vía verdadera», por su parte, había afirmado que la realidad era, y tenia que ser, una unidad en el sentido mas estricto y que todo cambio en ella era imposible: no existía un antes ni un después, y la exposición discurre como una serie intemporal de deducciones lógicas

Aquí está el meollo de la cuestión. ¿Por qué se habría tomado Parménides la molestia de exponer una cosmogonía detallada, cuando ya había probado que los contrarios no podían existir e, incluso, que no podía darse una cosmogonía, ya que la pluralidad y el cambio eran concepciones inadmisibles'.' ¿Carecía, a sus ojos, de todo mérito o validez, de modo que su propósito, al elaborarla, era sólo ponerla de manifiesto, junto con otros intentos cosmogónicos semejantes, por ser falsedades vacías de contenido? De ser ello así, se plantea la cuestión de saber qué era, en definitiva. Algunos han pensado que la misma se basaba en un sistema cosmológico en concreto con el que estaba en desacuerdo, por ejemplo, el de Heráclito o los pitagóricos ". Otros han sugerido, ateniéndose a las propias palabras de la diosa sobre las «opiniones de los mortales» en general, que pretendía ser una síntesis parcial o total de lo que el común de los hombres venía creyendo sobre el cosmos; otros, por el contiario, que se trataba de una creación original, la mejor, sin duda, que Parménides podría haber ideado, pero sólo con la pretensión de mostrar que hasta la exposición más plausible del origen y naturaleza del mundo sensible era completamente falsa. Estos críticos subrayan el motivo expresado por la diosa «para que ningún parecer humano pueda jamás aventajarte».

Otra opción es suponer que Parménides estaba poniendo todo su empeño, con respecto al mundo sensible, y tal vez por motivos prácticos, en ofrecer la exposición más coherente del mismo de que era capaz, diciendo en realidad: yo te he comunicado la verdad, de modo que, si yo continúo hablando sobre el mundo en el que aparentemente vivimos, tú ya sabrás que es irreal y que no debe ser tomado en consideración. Pero, a pesar de todo, es tal y como se nos muestra; por muy engañosos que puedan ser nuestros sentidos, nosotros tenemos, sin embargo, que comer, beber, hablar, evitar poner nuestra mano en el fuego o caer sobre un precipicio, vivir, en resumidas cuentas, como si su información fuera genuina. Seres mortales como somos, tenemos que estar bien avenidos con este espectáculo engañoso, y yo puedo ayudarte a comprenderlo mejor que otras personas.

Estos son los problemas más desconcertantes que presenta Paménides: la naturaleza de la Vía de la Opinión y la relación entre ella y la de la Verdad.

Aun así, la esencia de su notable logro reside, como podría esperarse, en la misma Vía de la Verdad.

(Kirk)

Se dedica a mostrar las vías del “es y “no es”... si algo existe no puede llegar a ser o perecer, cambiar o moverse, ni estar sometido a imperfección alguna.

Parménides separa la investigación racional del entendimiento común de los hombres, como inesperabilidad de lo que su propia razón le ha descubierto.

- 288 (1 –1-30 D_K)

- (AGC – 1-1-32 )

- 289 (5 – D_K)

- (AGC - 2 )

LA VERDAD

i) La elección._

- 291 (2 – D_K)

- (AGC – 3-35-40 )

-

(Kirk)

De la incognoscibilidad de lo que no existe concluye directamente Parménides que la vía negativa es "indiscernible", i. e. que una declaración existencia! negativa no expresa un pensamiento claro. Podríamos exponer la cuestión de esta manera: "escojamos cualquier objeto de investigación (e. g. Mr. Pickwick). En este caso, la proposición "Mr. Pickwick no existe" deja de expresar un pensamiento genuino. Porque, si fuera un pensamiento genuino, debería haber sido posible conocer su sujeto, Mr. Pickwick; pero, esta posibilidad no se logra más que si Mr. Pickwick existe —que es lo que niega la proposición precisamente—". Esta línea de argumentación ha atraído poderosamente, de una u otra manera, a muchos filósofos, desde Platón hasta Russell. Su conclusión es paradójica, pero, como todas las buenas paradojas, nos fuerza a examinar, con mayor profundidad, nuestra comprensión de los conceptos utilizados —particularmente, en este caso, las relaciones entre significado, referencia y existencia .

ii) Error humano._

293 (6 – D_K)

- (AGC – 5-45-50 )

294 (7 –1-2 D_K)

- (AGC – 6-53-58 )

295 (8 –5-21 D_K

- (AGC – 7-59-62 )

(Kirk)

Si debernos huir de la vía "no es", nuestra única esperanza investigadora reside en seguir la vía "es". Podría parecer, a primera vista, que, si nos adherimos a esta alternativa, se nos abren ilimitadas posibilidades de exploración: la exigencia de que cualquier objeto de investigación exista parece imponer apenas restricción alguna a lo que podemos ser capaces de descubrir sobre él, y el argumento de que lo que puede ser pensado debe existir (293, 1-2) hace parecer que el número de posibles objetos de investigacición es inmenso y que incluiría lo mismo centauros y quimeras, que ratas y restaurantes. Pero, a lo largo de sólo 49 versos, logra reducir Parménides esta infinitud de posibilidades a solamente una. Porque los "signos" programáticamente enumerados en 295, constituyen, de hecho, requisitos formales ulteriores que cualquier objeto de investigación debe cumplir y éstos imponen grandes restricciones (obsérvese la metáfora de las cadenas en 296 y 298 infra) a la iinterpretación de lo que es compatible con el afirmar de algo que existe.
La conclusión, que el argumento subsiguiente de Parménides impone a estas exigencias, es una forma de monismo: trasluce, con claridad, que lo que es debe tener uno y el mismo carácter y es dudoso que algo pueda tener, en efecto, este carácter, salvo la realidad como un todo.

iii)a Ingenito e imperecedero.

295 (8 –5-21 D_K)

- (AGC – 7-63-79 )

(Kirk)

Estos versos pretenden provar que lo que es no llega a ser ni perece.

iii)b Uno y continuo._

296 (8 –22-5 D_K)

- (AGC – 7-79-83 )

(Kirk)

¿Piensa Parménides aquí en una continuidad espacial o temporal? No hay duda de que quiere decir que lo que es es continuo en cualquier dimensión que ocupe; pero es probable que la cita 296 haya negado que existe en el tiempo. ¿Consiste la cuestión simplemente en que cualquier objeto de investigación debe caracterizarse por una continuidad interna, o manifiesta Parménides una mayor ambición, postulando que toda realidad es una? Resulta difícil resistirse a la impresión de que aspira a la tesis más fuerte, aunque no está claro por qué se encuentra justificado para afirmarlo (tal vez se apoyara, e. g. en la identidad de los indiscernibles: no hay base para distinguir algo que es de cualquier otra cosa que no es. La misma ambigüedad afecta a 298 y 299 y merecen el mismo veredicto.

297 (8 –26-31 D_K)

- (AGC – 7-84-89 )

(Kirk)

Los versos 26-8 DK sugieren la siguiente argumentación:

(1) Es imposible que lo que es llegue a ser o perezca. Por tanto, (2) existe sin cambio dentro de las ataduras de un límite.

Es, pues, natural que interpretemos los vv. 29-31 como una expresión más enfática del contenido de (2). Interpretado así, indican una inferencia más compleja desde (1), por tanto:

(2a) está contenido dentro de las ataduras de un límite que lo aprisiona por todas partes. En consecuencia, (2b) permanece el mismo y en el mismo lugar y sigue estando por sí mismo.

Es obscura la noción que del límite expresa aquí Parménides.Lo más fácil es entenderlo como un límite espacial y, en ese caso, (2b) adviene inteligible a partir de (2a). Pero, ¿por qué, según esta interpretación, (2a) tendría que deducirse de (1)? Tal vez, "dentro de los límites" sea, más bien, un modo metafórico de hablar de determinación.

En este caso, Parménides estaría diciendo, en (2a), que lo que es no tiene potencialidad para ser diferente —en cualquier tiempo o en cualquier respecto— de lo que es en el presente.

iii)c Perfecto._

299 (8 –32-49 D_K)

- (AGC – 7-90-107)

(Kirk)

El seguimiento de la vía "es" conduce, por tanto, a una conclusión tan sorprendente como el resultado de la consideración de "no es". La posición final de Parménides en 299 es doblemente paradójica. No sólo niega la coherencia lógica de todo lo que nosotros creemos acerca del mundo, sino que, al convertir toda la realidad en una esfera infinita, introduce una noción, cuya propia coherencia lógica debe, a su vez, ponerse en duda1.

1 ' ¿No debe existir un espacio real vacío más allá de los límites de la esfera, si tienen que desempeñar la función de límites? Esta objeción podría persuadirnos de que es posible que Parménides no haya sostenido que la realidad fuera una esfera, si no fuera porque lo que nos induce a pensar que lo creyó asi, es su explotación, aparentemente acritica, de la metáfora del limite (i. e. De lo que nosotros tomaríamos por metáfora).

OPINIONES HUMANAS

I) El estado de la versión de Parmenides._

300 (8 –50- D_K)

- (AGC – 7-108-112 )

luz y noche

302 (8 –53-61 D_K)

- (AGC – 7-113-119 )

303 (9 –180 D_K)

- (AGC – 8-120-123 )

- (AGC – 9-124-127 ) (4-DK)

cosmologia

305 (10–138 D_K)

- (AGC – 10-128-134 )

- (AGC – 11-135-138 ) (11-DK)

- (AGC – 12-I39 ) (13-DK)

306 (12– D_K)

- (AGC – 15-143-148 ) (12-DK)

308 (14– D_K)

- (AGC – 13-140 )

CLARA EN LA NOCHE RODANDO SU AJENA LUZ A LA TIERRA.

309 (17– D_K) .

- (AGC – 17-155 )

310 (24–B4 D_K) .

TEORIA DEL PENSAMIENTO MORAL

311 (28-46– D_K) .

312 (19– D_K) .

- (AGC – 18-1 )

.

313 (4– D_K) .

- (AGC – 9-124-127 )

.